Seguridad

Tardodiario

Jesús Villaverde Sánchez
2 min readMar 27, 2022

Vivimos obsesionados con la seguridad. O quizás sea más certero hablar, precisamente, de lo contrario. La inseguridad nos acecha en cada rincón. Publicidad de alarmas, informativos creadores de miedo y un boca a boca que no hace sino fomentar la desconfianza hacia todo lo que tenga que ver con la ‘otredad’ que resiste más allá de las fronteras de esa urbanización que se empieza a convertir en algo así como una “micronación”.

Mi madre me contaba el otro día que, una tarde, de pronto, se encontró la puerta de su casa entreabierta. Mi hermano había entrado hacía un rato y ella, comentaba, había atravesado la entrada varias veces sin percibir nada extraño. Hasta que, en una de sus incursiones, descubrió la falla en el sistema.

Durante un rato comentamos la posibilidad de que, en un descuido, mi hermano no hubiese forzado el cierre completo del resbalón y alguna corriente de aire la hubiese hecho deslizarse levemente desde el rellano. Efectivamente, cabe la posibilidad de que fuese así, pero ¿y si no? ¿Y si, como decía ella, hubiese sido un intento de entrar que se hubiese visto abortado en el momento de la apertura por las voces del otro lado? También existe esa posibilidad. Nunca sabremos qué ocurrió.

Sin embargo, algo debió de calarme de aquella conversación porque, a la noche, cuando caí dormido, soñé que me ocurría exactamente lo mismo y me encontraba con la puerta de mi domicilio entreabierta, solo protegida por un inútil cerrojo más encaminado a que mi hija no salga que a que nadie pueda entrar. En mi sueño, además, sentía el movimiento del intruso en el rellano.

No me considero una persona sugestionable por la inseguridad. Es más, me parece que las empresas de seguridad están creando una burbuja que algún día explotará en su cara y, un poco también, en la de todos. Sin embargo, parece que tanto mensaje indiscriminado cala incluso en los agnósticos. Ya saben: aquello de la mentira repetida una y mil veces.

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Jesús Villaverde Sánchez

Periodista. Intento escribir retratos y fotografiar historias. Casi nunca lo consigo.